¿Qué es la publicidad no convencional?
Se considera publicidad no convencional a aquella que no hace uso de una fórmula clásica publicitaria (como el spot) sino que el mensaje publicitario se propaga por otro tipo de fórmulas como: patrocinio, product placement, sobreimpresiones, televenta...
Los nuevos modos de consumo de la televisión (como el zapping, o la TV-Online) han propiciado el desarrollo de estas nuevas maneras de crear publicidad, para conseguir llegar al posible consumidor de una manera más rápida, directa y menos molesta que el típico bloque de anuncios publicitarios entre la emisión de programas.
Durante los próximos días analizaremos distintos casos de publicidad no convencional que hemos podido ver en los canales en abierto de la TDT española.
El caso de Televisión Española.
Desde el 1 de enero de 2010, TVE comenzó a regirse por la nueva Ley de Financiación que, entre otros aspectos, "eliminaba" la publicidad de TVE. Pero en realidad, la publicidad no nos ha abandonado, si no que ha tomado otro aspecto. Los recortes presupuestarios provocaron que TVE buscase otros modos de financiación, y en el patrocinio encontraron la respuesta. Sin embargo, el artículo 2 de dicha normativa refleja que los patrocinios o los intercambios publicitarios, tienen un alcance restringido a una serie de contenidos excepcionales. Sin embargo, cada vez son más los programas que el ente financia bajo esta fórmula.
El patrocinio puede ser activo o pasivo. El patrocinio pasivo es aquel que emite un breve spot que está enmarcado por una careta identificadora del programa y producto, y se emite antes o después del programa patrocinado. El patrocinio activo es aquel en el que una empresa o producto financia parte del programa económicamente, y a cambio su marca comercial aparece visible en el plató y el atrezzo del programa.
Por ejemplo, el libro Amapola, basado en la serie de éxito Amar en tiempos revueltos, se anunciaba con un spot antes y después de la emisión de la novela (durante la emisión de la 7ª temporada, en el año 2012). Este sería un caso de patrocinio pasivo, y no solo eso, si no también de telepromoción (otro tipo de publicidad no convencional en el que los propios personajes del programa anuncian un producto de manera cotidiana).
El rap de Saber y Ganar. (09/04/2010)
Un momento que ha pasado a la historia de la televisión, es el ya mítico rap de Saber y Ganar. Este momento corrió como la pólvora por internet, de un modo casi viral. Todos habíamos visto este extraño momento, y muchos vaticinaban el declive de la calidad del programa. Pero el rap, no fué más que otro modo que tuvo TVE, en este caso en La 2, de meternos publicidad como si no nos diésemos cuenta.
Durante todo el rap vemos como Roberto, el concursante, se cambia de camisetas por arte de magia, y además, todas las preguntas tienen relación con el dibujo de sus camisetas. ¿Ante que tipo de publicidad no convencional nos encontramos?, ¿podría ser product placement? El product placement consiste en
introducir el producto o marca dentro del propio programa sin que este altere su ritmo narrativo. Por tanto, no nos encontramos con un caso de PP, ya que se creó este microespacio dentro del programa sólo para publicitar las camisetas (ni siquiera el concursante ganaba puntos, y estaba todo guionizado).
Es por eso, que creo que nos encontramos ante un caso de branded content. El branded content es “publicidad disfrazada de contenido”, y el objetivo de los anunciantes es hacer creer al espectador que se encuentra ante contenido, y no ante publicidad. En televisión, el branded content suele consistir en crear contenidos que apoyen la idea de consumo del producto, creando programas o espacios para ello. Como por ejemplo la relación entre Leroy Merlín y Bricomanía, o Azucarera y el futuro programa Cupcake Maniacs.
La conjunción “sino” escrita como el condicional “si no”, palabras sin tilde, el verbo “tuvo” escrito con “b”... Lo siento, pero con tamañas faltas de ortografía tu trabajo pierde todo su valor: o te lo tomas en serio o no podrás ser evaluada en esta asignatura por fallar en la competencia más básica, la del dominio de tu propio idioma.
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