La semana pasada os contábamos cual creíamos que era la responsabilidad de la televisión sobre la emisión de contenidos violentos en la programación infantil. A continuación hablaremos de otro de los factores que pueden ser peligrosos para los niños: el sexismo.
Poco a poco nuestras sociedades avanzan, y cada vez es más común que se eduque a los niños sin discriminación de sexos. Hemos avanzado a pasos agigantados para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, pero aún queda un largo camino. Es cierto, que cada vez más a menudo, nos encontramos con series nada machistas, en las que las heroínas son el personaje principal más allá de estereotipos: Las Supernenas, Kim Possible... Pero en contrapartida, creo que algunas series de dibujos animados están más sexualizadas que nunca. En este artículo de VerTele, nos muestran tres series que no educan, llenas de tópicos sexistas que discriminan a la mujer. Estas series son: Monster High, Barbie Life in the dreamhouse y Violetta. Aunque podríamos decir muchos más nombres, como Winx o Bratz, entre otras.
Normalmente, las series no sexistas suelen ser para niños en edad de preescolar: Pocoyo, Caillou, Doctora Juguetes... Las series sexistas mencionadas anteriormente están dedicadas a un público, normalmente mayor de 10 años. Estas series muestran comportamientos extremadamente sexualizados: conseguir novio, preocuparse excesivamente por su físico (¿excesivamente? ¿acaso una niña de 10,11, 12, 13,14... tiene que preocuparse de resultar atractiva?). A estas edades las niñas son extremadamente vulnerables, y este tipo de contenidos las someten a una hipersexualización temprana de su infancia, pudiendo provocar conductas perjudiciales consigo mismas en el futuro.
Pero no creáis que el sexismo es solo machismo. En las series dedicadas a niños caen de nuevo en clichés que minan la autoestima de los niños. Donde los héroes muestran siempre un cuerpo atlético, fuerza, velocidad, y miden su hombría por su fuerza física. Por ejemplo... pensemos un momento... ¿Cómo son los héroes de Disney? Atléticos y varoniles. ¿Por qué luchan?, por conseguir
Por no hablar de la fuerte presencia de contenido sexual en las series infantiles masculinas. Siempre intentan conseguir una chica, esto no tiene por que ser malo, el problema es cuando se muestran comportamientos irresponsables o extremos. Un gran ejemplo es: Shin Chan. Esta serie infantil (mejor dicho, emitida en programación infantil) narra las aventuras y desventuras de un niño de 6 años obsesionado con las mujeres, el exhibicionismo y los tocamientos sin permiso. Por otra parte, su madre esta representada como una ama de casa malhumorada, atareada y preocupada por su peso. Y su padre es un holgazán que suele emborracharse bebiendo sake.
Podréis decir que exageramos, que los niños y las niñas tienen determinados sus gustos y comportamientos simplemente por el echo de ser hombre o mujer, que la sexualidad está presente en todas las etapas de la vida (bueno, Freud no opina lo mismo...) y que es bueno presentarles este tipo de contenidos pues asumen más facilmente sus roles. Y ahí está el problema, deberíamos educar a los niños sin roles sexuales, sin estereotipos. Ni a todas las niñas les gusta el rosa, ni a todos los niños el azul. Es perfectamente comprensible que de vez en cuando las niñas disfruten viendo Monster High, y los niños Gormiti, pero de nuevo, queremos recordar la importancia de la educación.
No olvidemos que los padres deben enseñar a sus hijos a crecer en igualdad de género, y a reforzar su autoestima para que no caigan en las redes de los estereotipos. Y son las cadenas y los organismos de regulación audiovisual quienes se deberían de encargar de emitir contenidos adecuados en horarios adecuados y para el público adecuado. Todo eso lo hablaremos el próximo lunes. ¡Esperamos vuestra visita!
Las reflexiones son relevantes, se formulan con orden y argumentos y se apoyan en datos ilustrativos (aunque te habrían ayudado enlaces directos en las series que mencionas como ejemplos). De nuevo, la principal crítica vuelve a ser el sorprendente, exagerado e injustificado repertorio de faltas de ortografía, de sintaxis y la pobreza del léxico empleado por una futura profesional de la Comunicación Audiovisual: ¿cómo podemos arreglarlo?
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